
Necesitaba un dólar… un mísero dólar para tomar el autobús que me llevaría a Harvard, ahí me quedé de ver con Venus, hablando por celular con mi madre, entré a la primera tienda que se me cruzó en el camino para comprar una soda y cambiar mi billete de $20. Ya estaba en el refrigerador del fondo cuando me di cuenta de la atmósfera. Era una tienda de tabaco que ofrecía selecta literatura para caballeros, ahora me explico: 1) el hecho de que los clientes eran solo varones, 2) las miradas de sorpresa al verme conducirme con tanta naturalidad por los pasillos del establecimiento.
En el teléfono le decía en español a mi mamá, -Sí si mami yo también te quiero, estoy bien no tienes de que preocuparte. El hombre sin decir nada tomó mi dinero y me dio el cambio. Salí de ahí con una soda en la mano un dólar y treinta y nueve centavos menos y todas las miradas de los concurrentes.
Abordé el autobús sin problemas, no había forma de despedirme de mi madre, entre explicaciones, detalles de la mudanza y consejos dietéticos nada más no encontraba la manera de cortar la conversación, el timbrecito del celular sonaba insistente indicando que tenía una llamada en espera, era Venus buscándome como desesperado y yo atorada aquí con mi mamá… nueve minutos después estaba en Harvard Square rodeada de los futuros gobernantes del mundo. Por fin, mi mamá cortó la conservación en seco con el pretexto de la nieta y pude tomar la llamada de Venus sólo para descubrir que nos encontrábamos a solo unos metros de distancia.
Recorrimos la ciudad en tren hasta llegar al barrio Brookeline donde se presentaría Chuck Palahniuk. Las caras de la gente en el tren demostraban poca o nula preocupación por la fecha 060606, nadie pensó que se acabaría el mundo, todo lo tomamos por sentado, me hubiera gustado que se hubiera acabado el mundo solo para demostrarle a la gente lo dormida que esta, aunque pensé que si se hubiera acabado, pues no hubiera tenido chance de demostrarle nada a nadie.
Íbamos tarde, que raro y Venus me torcía unos ojos como si fuera mía la culpa, que bueno si lo era, pero además Chuck Palahniuk no se iba a ir, veníamos especulando sobre como sería él, que iría a decir…-Ojalá que no hable solamente de The Fight Club dijo Venus, claro que no lo que va a decir es: - Compren compren mi libro nuevo ustedes insensatos, es más no sé como es que pueden vivir sin haberlo leído ya…pensé que eso nos diría.
- ¿Dónde vivirá?
- En una granja en Conneticut con su asistente, te lo apuesto
- ¿Aja?
¿Sabes como me lo imagino? me imagino que tiene una casa en lo alto, de ahí puede ver el bosque…ha de tener un jardín con orquídeas y las ha de regar con su atomizador cuidadosamente, meticulosamente escuchando a Mozart, su asistente ha de tomar la llamadas diciendo: -Disculpe pero el Señor Palahniuk tiene la agenda llena por los siguientes dos meses, le agradezco su interés pero es imposible concertar una cita antes de Agosto. Imité la voz del supuesto asistente e hice todos los gestos como el tomar el teléfono y mirar la agenda. Venus estaba muerto de risa.
Llegamos por fin al lugar, solo 20 minutos después para encontrarnos con: 1) No había tanta gente como la que esperamos, 2) Chuck Palahniuk no iba a hablar y solo estaba sentado ahí firmando libros, 3) Era mucho más delgado de lo que pensamos y 4) tendríamos que hacer fila para llegar a él.
Bueno, pues después de la momentánea desilusión nos pusimos al final de la fila. Yo no traía ningún libro para firmar, en cambio Venus traía Invisible Monsters mismo que me pidió lo trajera por que lo estoy leyendo, ya voy en la página 27. Venus me rogó que le comprara el nuevo libro Haunted que lo tenían en la caja registradora. Desde hace rato quiero comprar una biografía de Gandhi, le pregunté entre la conmoción a una pobre empleada y me mando al área de biografías, me dijo: -lo que esta ahí es lo único que tenemos. Entre biografías de Hillary Clinton y Napoleón, nunca entendí como estaba clasificadas, decía en orden por tema… y Gandhi ¿qué tema es? Grandes Pensadores, Pacifista, Líder Espiritual, cierto es que no lo iba a encontrar junto a la autobiografía de Naomi Campbell.
Me desilusioné y me regresé a donde estaba Venus, ¿Qué pasó? me preguntó: - No tenían nada y no me ayudó la mujer, Venus estaba junto a los cuadernos en blanco, junto a los diarios y fue ahí cuando se me ocurrió. –Voy a comprar un cuaderno en blanco para que me lo firme Palahniuk, después de buenos 10 minutos comparando precios y colores, al final tome un cuaderno con funda de gamuza en color naranja, le dije a Venus ya tengo mi frase para Palhniuk…Señor Palahniuk ya que no se acabó el mundo, pues me voy a poner a escribir, esta es una señal, es como empezar de nuevo. Venus no se veía muy entusiasmado con mi frase.
De vez en cuando Palahniuk se levantaba, tenía un brazo de utilería y junto a él una caja de diademas con orejitas de conejo, a las chavas les ponía las orejitas y con el brazo les agarraba un seno para la foto. Cuando me di cuenta de la dinámica le dije a Venus, yo no quiero que me toqué la chichi... aunque sea Palahniuk, yo ni lo conozco…fue muy tarde para rectificar mi frase y no parecer como la monja del cuento, lo bueno que Venus ni me peló.
Conforme íbamos avanzando pasábamos diferentes secciones de libros y ahí frente a mí en espiritualidad la autobiografía de Gandhi, ahí espererándome o yo la espereba a ella, una señal más de que el universo provee basta con pedirlo. Con emoción tomé el libro y lo abracé. Me imaginaba a Palahniuk haciendo referencia al él cuando me viera que lo cargaba, me imaginé tantas cosas que le diría al respecto. Venus me dijo: -¿Qué le iré a decir? Yo contesté te apuesto a que es tímido que no nos va a decir nada. Venus me miró creyéndome. –Ojalá, dije porque para la mierda de cheap pick up line que tengo preparada, ojalá que ni nos pele.
Venus sin remedio se rió de mi sinceridad…
Faltaba sólo unos cuantos después de dos largas horas, yo sostenía mi libro de Gandhi y mi diario, llevamos a la mesa en lo que Palahniuk que agarraba una teta a la chava de enfrente, click!!! la asistente que era mujer en este caso escribio mi nombre y el de Venus en un papel…me chuleó el nombre, sabía que lo iba a hacer pinches gringos esconden su desagrado con agrado, ¡Qué lindo nombre! esperaba que me preguntara qué significaba, como si Jennifer or Barbara tuvieran tan profundo significado. En fin no preguntó, miró el cuaderno con desilusión al no ser un libro del autor, todavía me preguntó si el cuaderno era mio, como rectificando indirectamente que no era un libro, yo asentí con la cabeza desafiante.
Él tomó el cuaderno entre sus manos, me miró a los ojos con sus ojos azules, me preguntó que como estaba y yo contesté melosamente bbiiiieeennnnnn y antes que me diera cuenta ya le había soltado mi frase: -ya que el mundo no se terminó hoy, pues me voy a poner a escribir un diario. Tranquilo garabateaba algo y sin mirarme me dijo: -ya no hay pretexto… ¿Verdad? es como volver a empezar…la voz en mi cabeza me gritaba histérica ¡cállate! me callé tomé el cuaderno y esperé tranquila a que terminara con Venus. No hubo mención del libro de Gandhi -¿Quieren orejas? nos preguntó -seguro dijimos al unísono…Salimos del lugar con orejas de conejo ante la sorpresa de los transeúntes.